Cuando pusieron la cabeza cortada sobre la mesa del despacho, se rompieron todos los cristales de la ciudad. "Será necesario calmar a esas rosas" dijo la anciana. Pasaba un automóvil y era un 13. Pasaba otro automóvil y era un 22. Pasaba una tienda y era un 13. Pasaba un kilómetro y era un 22. La situación se hizo insostenible. Habia necesidad de romper para siempre.

2 comentarios:

Anónimo dijo...
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mint dijo...

todxs,
muevan sus pies,
y haganlo cochinamente ohohoh

.junior senior.